lunes, 26 de octubre de 2009

Algo de humor, analogia sobre Windows 7

El lanzamiento de Windows 7 se parece a esa antigua ex-novia que se presenta de repente en tu puerta deseando que volvais a estar juntos. Se ha hecho unos cuantos trabajitos, aparentemente: una reducción de peso, un aumento de pecho, y una rinoplastia, de forma que se parece tanto a tu novia actual como es médicamente posible.

Es guapa, por supuesto, casi demasiado guapa. Todavía usa demasiado maquillaje y tiene esa mirada de desesperación en sus ojos. La dulce fragancia que la rodea son los litros de perfume que utiliza para enmascarar el olor del fracaso.

Pero ahí parada, con ese top escotado, casi te olvidarías por un momento de lo psicópata que fue – cómo acostumbraba a cerrarse en banda en medio de una cita y olvidarse de todo de lo que le hablabas y cómo sólo era realmente feliz cuando le estabas comprando cosas. Casi te olvidarías de cómo tenías que soportar su bagaje emocional y de aquellas noches en las que, sin ninguna razón aparente, simplemente dejaba de hablarte y, cuando le preguntabas qué pasaba, sólo escupía una cadena sin sentido de código hexadecimal y esperaba que entendieras lo que significaba.

Te quejaste de ella durante años antes de decidir finalmente que querías deshacerte de ella, y aquí está de nuevo. Aunque, de alguna manera, ahora parece una persona totalmente distinta.

“Estoy aquí arriba,” te dice cuando te pilla mirando su escote.

Pero por mucho que te tiente, sabes que con el paso de tiempo se aburrirá de ti y dejará de esforzarse como suele hacer. Y entonces estarás de nuevo en el punto de partida: atrapado. Te convencerá de que no tienes otra opción. De que no eres lo suficiente listo para una de las opciones ni suficientemente rico para permitirte la otra.

“Ahora soy diferente,” te dice mientras te observa con mirada inocente. “He cambiado.”

Claro que lo ha hecho. Aparentemente, ahora está interesada en el misticismo o alguna mierda parecida. Le ha ayudado a descubrir su potencial oculto. Pero también significa que tendrás que renovar todo tu mobiliario para adaptarte a su nueva pasión por el feng shui. Y ese no es el único cambio que te tiene preparado. En el segundo en que le permitas mudarse, instalará un nuevo sistema de alarma que no tendrá ninguna utilidad real, a parte de impedir que tus amigos puedan dejarse caer por tu piso para echar una partida de poker.

Ella no te ama, pero tampoco te odia. La verdad es que no le podría importar menos. Simplemente está contigo porque no quiere estar sola. Como todos los seres humanos, especialmente aquellos que sienten que se les ha pasado la hora, quiere sentirse querida y, después de una serie de trabajos perdidos y malas inversiones, necesita un lugar donde quedarse.

Pero en general, ella no está tan mal. Es un 7. Debería valer, supongo.

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